MINISTERIO DE MUSICA

Dios ha entretejido la música en la trama misma de su creación. Leemos que cuando hizo todas las cosas, alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios (Job 38:7). El libro del Apocalipsis describe el cielo como un lugar de alabanza incesante, que resuena con cánticos de adoración a Dios y al Cordero por parte de todos (Apoc. 4:9-11; 5:9-13; 7:10-12; 12:10-12; 14:1-3; 15:2-4; 19:1-8). 

Como adventistas del séptimo día, creemos y predicamos que Jesús pronto vendrá otra vez. En nuestra proclamación mundial de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12 llamamos a todos los pueblos a aceptar el evangelio eterno, alabar a Dios el Creador, y prepararse para encontrarse con nuestro Señor en su pronto regreso. Desafiamos a todos a elegir lo bueno y no lo malo, para que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2:12, 13).

Creemos que el evangelio afecta todos los aspectos de la vida. Por eso sostenemos que, dado el vasto potencial de la música para el bien o para el mal, no podemos ser indiferentes ante ella. Aunque percibimos que los gustos en música varían en gran manera de un individuo a otro, creemos que la Biblia y los escritos de Elena G. de White sugieren principios que pueden moldear nuestras elecciones.

La música es uno de los mayores dones que Dios le ha dado al hombre y uno de los elementos más importantes de un programa espiritual.  Es una de las avenidas de comunicación con Dios.  “Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón de la verdad espiritual” (la Educacion pag. 163)